miércoles, 8 de abril de 2009

ahora ya si caxamos cm se hace un blog jijiji


ahora podemos decir que somos secos con eso de la informatica jijiji

y el marcelo no caxa ni una too por que el aldo se fue jijijijiji.....

2 comentarios:

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  2. Resumen mala onda

    Matías Vicuña, un joven de 17 años, regresa de Río de Janeiro, donde se efectuó su Viaje de Estudios para hundirse en un país distorsionado por el toque de queda militar.

    En Río, Matías conoce nuevos mundos, disfruta de su libertad al máximo y comparte con Cassia, una chica de la zona un impetuoso romance.

    Matías no estaba contento de volver a su ciudad natal; después de tanto placer y libertad, una vuelta a la represión y al encierro, no le hacían mucha gracia, pero ya de vuelta en Santiago, Matías siguió con su rutina habitual: noches llenas de alcohol, con sus amigos. Pasando por el Juancho´s, un bar al que ellos iban. Allí trabajaba Alejandro Paz, el barman, y amigo de muchos. Él gustaba muchisimo de la cultura Norteamericana. Leía sus revistas, se mantenía muy informado sobre lo que allí pasaba y soñaba con que algún día estaría allá.

    El Nacho, su mejor amigo, no había ido al Viaje de Estudios por que su padre no le había dado permiso. Estaba enojado con él por haber dejado la Escuela Naval. Y mientras sus demás compañeros se bronceaban en Río, él se fue con Papelucho a Pichilemu, en donde conoció al Rusty, un surfista.

    Cierto día surgió la idea de ir por el día a Reñaca; irían al departamento de Matías, su padre ya se había prestado, y partirían después del bautizo de su sobrino; Felipe Iriarte. Lo pasaron a buscar a la salida de la iglesia y partieron Cox, Lerner, Matías, el Patán y el Nacho. En Reñaca se encontraron con la Maite, la Pía Balmaceda y la Flavia Montessori.

    Llegó también Papelucho con su amigo el Rusty, quien causó sensación entre todos los presentes, menos en Matías, quién con su presencia se fue sintiendo cada vez más relegado del grupo, hasta que finalmente decidió abandonarlos. Y regresar a Santiago por su cuenta.

    El lunes vuelven a clases, y por la tarde se celebraba el cumpleaños de la Rosita Barros, pero antes de éste había un “carrete” en la casa del Rusty. Lerner apareció por el departamento de Matías para pasarlo a buscar. En la casa del Rusty, habían muchas drogas y alcohol, sin embargo, Matías se aburre y se va al cumpleaños de la Rosita, para ver a Antonia. Allí no fue muy bien recibido y decidió retirarse. Fue así como poco a poco a la gente le empezó a caer mal, incluso a sus propios amigos. Matías comenzó a entrar en decadencia, a perder la capacidad de goce, de pasarlo bien.

    El martes, Matías decide no ir a clase, impactado por el libro que le prestó el Alejandro Paz: “El Guardián en el Centeno”, de Salinger. Matías, se sintió plenamente identificado con el protagonista Holden Caufield. Matías necesitaba alguien con que hablar y comentar el libro. Toda la mañana intento ansiosamente de ubicar al Paz, pero este no se encontraba. Se junto con la Flora Montenegro (su profesora de castellano) en un restorán naturista. La Flora le dice que el libro es muy juvenil, muy obvio. Matías se va un tanto desilusionado después de esta conversación a su casa. Al llegar a ésta, su mamá lo manda al Jumbo Bilbao a comprar con su padre provisiones para la fiesta que ella daba esa noche.

    En la fiesta, el ambiente se empezó a poner un poco denso. Los invitados se empezaron a emborrachar y empezaron a actuar de acuerdo con sus sentimientos. Su madre, tomada de la mano del Tío Sandro; su padre observaba toda la situación sin ni siquiera molestarse. Cuando llegó la comida, Matías hizo uno de sus comentarios acerca de la comida, ofendiendo a uno de los invitados. Matías se enfrenta con su madre y decide irse de su casa. Antes de hacerlo, va por sus anteojos, el libro de Salinger, un cheque en blanco de su padre, algunos Valium y unos cuantos gramos de coca, que tenia su padre.

    Después de dar muchas vueltas en micro y recorrer Santiago, tratando de entrar a algún bar, sin lograr un buen resultado, termino alojándose en el CITY HOTEL, gastando mucho dinero al igual que Holden Caufield.

    Al día siguiente Matías sale de compras al centro, donde se produce una manifestación política y se esconde en el Café Haití, donde se encuentra con su abuelo. Su abuelo lo saca del lugar y se esconden en el Club la Unión. Ahí el abuelo se calma un poco y después de charlar un rato toma un taxi y se va, no sin antes ofrecerle a Matías llevarlo de vuelta a su casa, pero él decide quedarse un momento en el lugar. Mientras estaba cortándose el pelo, llegó su padre, quien había sido avisado por el abuelo de Matías.

    Finalmente juntos se van a una casa de masajes y comparten nostálgicamente una buena noche, junto a las drogas y el sexo.

    El padre de Matías le cuenta la triste historia de que su madre se fue a Buenos Aires con el tío Sandro y que sus hermanas se fueron donde la Pilar, por lo que él se encontraba solo. Ambos deciden finalmente vivir juntos en el departamento.

    Había llovido toda la noche y el sol tímidamente se iba asomando. Matías decide ir a dar una vuelta al cerro San Cristóbal, para despejarse y dejar atrás la mala onda que había acarreado durante mucho tiempo y mientras desciende en su bicicleta y siente el fuerte golpe del viento, ve a lo lejos nuevamente una luz en el horizonte.

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